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Película de hoy

Comedia · Oeste

Título: Los Siete Magníficos

Esta película se ha escuchado 557 veces

Dura: 2 Horas 4 Minutos 13 Segundos

Los siete magníficos. Título original
The Magnificent Seven
Año
1960
Duración
126 min.
País
Estados Unidos Estados Unidos
Director
John Sturges
Guión
William S. Roberts
Música
Elmer Bernstein
Fotografía
Charles Lang Jr.
Reparto
Yul Brynner, Steve McQueen, Charles Bronson, Eli Wallach, James Coburn,
Horst Buchholz, Robert Vaughn, Brad Dexter, Whit Bissell, Vladimir Sokoloff
Productora
The Mirisch Corporation / Metro-Goldwyn-Mayer
Género
Western | Remake
Sinopsis
Los humildes habitantes de un pueblo mexicano, que viven modestamente de
la agricultura, se hallan a merced de una despiadada banda de forajidos
que constantemente les exigen un pago por sus cosechas. Como ellos no
saben defenderse, deciden contratar los servicios de siete pistoleros,
siete implacables mercenarios cada uno con una habilidad especial en el
manejo de las armas.

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Chiste del día

From: tiflolibros@gruposyahoo.com.ar on behalf of Manuel Enríquez
[chespir@telefonica.net]
Sent: Thursday, January 19, 2006 12:52 PM
To: tiflolibros@gruposyahoo.com.ar
Subject: Re: [Tiflolibros] Romances viejos de España y América

Unos romances preciosos. Particularmente me quedo con los dos primeros. Y,
con permiso de los autores, allá va mi versión.

De los cinco hijos que tuvo,
la castellana Leonor
cuatro hembras le salieron
y solo el quinto varón.
Delgadino le llamaron
y era hermoso el muy ladrón
admirado por doncellas
y por su madre, Leonor.
Haciendo pesas un día
en la esquina del salón
gritó su madre lasciva
¡Hijo mío, so tiarrón!
vente pa la cama pronto
que seré tu perdición.
¡No lo quiera madre mía!
Que mi padre es mi señor
y poner cuernos a un padre
no es algo malo. Es peor.
La señora despechada
abrochose el camisón
llamando a la servidumbre
desta manera le habló.
Enciérrenme a Delgadino
en el mismo water clós
y no le den hamburguesas
¡que muera de inanición!
En el retrete metido
meditaba su aflición.
¡Hermanas que tengo hambre!
denme un Whopper por favor.
las hermanas que le oyen
no le prestan atención
Humillaste a nuestra madre,
sin darle satisfacción
si tienes hambre te jodes
o te comes el jabón!
Delgadino no podía
soportar la humillación.
del retrete agua bebía
sufrió descomposición.
y en sus últimos minutos
de tanta tribulación
oyendo a su padre cerca
reclamó su bendición.
"Padre mío, si soy su hijo
el fruto de su pasión
acérquese a la nevera
y prepáreme un Hot dog
con su frankfurt, su tomate
y un poquito de jamón
El padre salió corriendo,
la comanda preparó
abrió la puerta del water
y a Delgadino encontró
muerto de hambre y de frío
delgao por inanición.
¡Asesinaste a mi hijo
le asesinaste Leonor!
Que murió de hambre y de frío
delgao por inanición
¿Asesinar a tu hijo?
Contestó doña Leonor
no te lo creas marido
que era hijo de un señor
al que conocí en Astorga,
que es un pueblo de León,
en mañanita de mayo,
cuando hacía yo autoestóp.

Manuel.

----- Original Message ----- 
From: "María Cejas" 
To: "tiflolibros" 
Sent: Thursday, January 19, 2006 5:54 PM
Subject: [Tiflolibros] Romances viejos de España y América


Este correo va dedicado especialmente  a  Ángel Espinal.



Romances de Delgadina

1



Tres hijas tenía el Rey Moro, - más bonitas que la plata,

 y la más pequeña en años - Delgadina se llamaba.

 Descansando de la guerra -el Rey Moro la miraba.

-¿Qué me miras, padre mío, -como un amador la cara?

 -Te miro porque en la noche - te he de hacer mi enamorada.

 -No lo ha de querer mi Dios -ni la Virgen soberana,

 ser esposa de mi padre, -madrastra de mis hermanas ...

 A la pobre de mi madre -la haría muy desgraciada.

 El Rey Moro que esto oyera -le da encierro en una sala.

 El Rey Moro con sus llaves -las cuatro puertas candaba.

 Llamó a todos los criados -y les dijo estas palabras:

 -Delgadina no consiente - lo que su padre le manda;

 cuando pida de comer, -le dan la carne salada;

 cuando pida de beber, - dénle una esponja mojada,

 y en lecho de dura piedra -descanse su carne mala.

 Pasaron días y noches, - pasaron siete semanas;

 un día salió por aire - Delgadina a la ventana.

 Por allí miró a su padre, -que un caballo le enjaezaban

 El caballo y los halcones, -porque se iba de caza.

  -Padre, si es usted mi padre, -déme una jarra de agua,

 que tengo mi cuerpo seco -y a Dios voy a dar mi alma.

 -¡Cállate, perra maldita, -negra sangre y lengua mala,

 que no quisiste hacer - lo que el padre Rey mandara!

 Pasaron días y noches, - pasaron siete semanas;

 un día salió por aire - Delgadina a la ventana.

 Por allí vio que corrían - bulliciosas las hermanas,

 jugando al juego del arco -en el jardín se encontraban.

 -Hermanas, si son las mías, - denme un poquito de agua,

 que tengo mi cuerpo seco -y a Dios voy a dar el alma.

-¡Sal de ahí, perra maldita, -sal de ahí, perra malvada,

que no quisiste hacer, - lo que el Rey padre mandara!

 Pasaron días y noches, - pasaron siete semanas.

 Un día salió por aire - Delgadina a la ventana.

 Allí miró los hermanos -jugando al juego de cañas.

 -Hermanos, hermanos míos, - denme una jarra de agua,

 que tengo mi cuerpo seco -y a Dios voy a dar mi alma.

 -Delgadina, si pudiéramos, -no una, sino cien jarras;

 pero el Rey Moro tu padre -de la torre no se aparta.

 Pasaron días y noches, - pasaron siete semanas;

 un día salió -por aire, - Delgadina a la ventana.

 Por allí miró a su madre, - viérala viejita y flaca.

 -Madre, si es usted mi madre, - deme una jarra de agua,

 que tengo mi cuerpo seco -y a Dios voy a dar el alma.

 La madre ofrece la vida -si a Delgadina se salva;

por los negros corredores, -iba su voz desgarrada:

 -Venid todos mis criados -y a mi hija dadle agua;

 unos con jarras de oro, - otros con jarras de plata;

 aquel que primero llegue

-recibirá buena paga.

 Cuando iban los criados, - Delgadina muerta estaba,

 en la cera de su rostro, -el dolor se reflejaba;

 con el oro de las trenzas, -el ancho piso alfombraba.

 Cuando entraron los criados, -los ángeles la llevaban:

 desde el castillo hasta el cielo -las trompetas resonaban.

(Versión cantada por las

hermanas Carpena en el bañado de Flores [Bs. As.] en 1911; edit. por Elías
Carpena en Boletín Academia Argentina de Letras, XIV, 1945, 692-695



2

Romance de Delgadita



Un estanciero tenía-tres hijas como     la malva;

 a la menor y más buena,

 -Delgadita la apodaban.

 Un día tomando mate-debajo de un sauce andaban;

 Delgadita ceba el mate-y a su padre se lo alcanza;

 cuando llega junto a él,-le soba las carnes blancas

 y le dice: -Delgadita,-te quiero para la cama.

Delgadita, que es decente,-se encocora y se le aparta.

 -Guarde respeto a su hija,-

que'es lo que al padre le cuadra;

 no haga lo que el chivo negro, -que está manchando su casta.

Se puso a llamar a gritos -a un peón de su confianza:

 -Mirá, Santos, me encerrás - en un cuarto a esta muchacha,

 que duerma entre jergas viejas, - piojos y agarrapatas;

 le buscás charque salado--- pa' que se llene la panza;

 pa' que se la lleve el diablo, - le das jugo de biznaga.

 Un día la Delgadita -se asomó por la ventana

 y vio debajo de un sauce -al padre y a las hermanas.

 -Hermanas, me estoy muriendo - sin un poquito de agua.

 Mi padre vaya hasta el pozo -y lléneme un jarro de agua,

que tengo el corazón seco -y abatida y seca el alma.

-¡Salíte, yegua maldita, - salíte, yegua malvada,

 que no entraste en razones -cuando tu padre te amaba!

 El peón Santos, que era bueno, - mazamorra le alcanzaba

 Hizo un agujero en el techo - y le obsequió un balde de agua.

 Satisfecha Delgadita, - se asomó por la ventana:

 iban llegando los indios - y a su padre alanceaban;

 sobre potros se llevaron - cautivas a las hermanas.

 El peón Santos del pueblo - en el rosillo llegaba;

 se hincó y le rezó un bendito -al ver tamaña matanza.

 Después sacó a Delgadita - y se acabó la desgracia.

 Con su amor y su persona, -lo hizo dueño de la estancia



(Versión criolla de Cirilo Acuña,

recogida por Avelina Carpena en el bañado de Flores [Bs, As.] en 1911; edit.
por Elías Carpena en Boletín Academia Argentina de Letras, XIV, 1945,
696-698.)



3

Romance de Delgadina



Delgadina se paseaba-de la sala a la cocina,

 con vestido transparente, -que su cuerpo le ilumina.

 -Levántate, Delgadina, -ponte tu falda de seda;

 porque nos vamos a misa-a la ciudad de Morelia.

 Cuando salieron de misa, - su padre le platicaba:

 -Delgadina, hija mía, -yo te quiero para dama.

 -No lo quiera Dios del cielo - ni la Virgen soberana,

 que es ofensa para Dios -y perdición de mi alma.

 ---Júntense los once criados - y enciérrenme a Delgadina,

 remachen bien los candados, - que no se oiga voz ladina.

 -Mamacita de mi vida, - un favor te pediré:

 que me des un vaso de agua, -que ya me muero de sed.

 Papacito de mi vida, - un favor te estoy pidiendo:

 que me des un vaso de agua, - que de sed me estoy muriendo. ---Júntense los
once criados - llévenle agua a Delgadina,

 en plato sobredorado, - vaso de cristal de China.

Júntanse los once criados: - Delgadina la hallan muerta;

 tenía los ojos cerrados, -tenía su boquita abierta.

 La cama de Delgadina -de ángeles está rodeada;

 la cama del rey su padre, -de demonios apretada.

 Delgadina está en el cielo -dándole cuenta al Creador,

 y su padre en el infierno -con el demonio mayor.

(V. T. Mendoza, El romance

español y el corrido mexicano, Nº 9 116. Recogido en Michoacán, México.)



4

Romance deDelgadina

Delgadina se passea - en una sala cuadrada,

con gargantilla de oro -y el pelo que la arrastraba.

Un día, estando a la mesa, - su padre que la miraba:

-¿Qué me miras, padre mío? - Que has de ser mi enamorada.

-No    lo permitan los cielos, -ni la Virgen soberana.

-De    pronto, mis caballeros,-los de la sala dorada,

 a mi   hija Delgadina,-encerradla en una sala,

 en el  cuarto más oscuro - que en este palacio haya.

 Si os  pidiere de dormir, - dadle el colchón de su aya,

 si os  pidiere de cubrir,-dadle las mantas mojadas;

 si os  pidiere de comer, - dadle la carne salada;

 si os  pidiere de beber, - dadle lumo de retama.

 No se han passado tres días, Delgadina en la ventana;

 vido passar a su hermano, -que con sus amigos anda:

 -Hermano, si eres mi hermano, - dame una jarrita de agua,

 que de pura sed que tengo, -a Dios le entrego mi alma.

 -Cállate, la Delgadina, - cállate, perra malvada,

 que no quisiste hazer -lo que el rey padre mandaba.

 No se han passado tres días, - Delgadina en la ventana;

 vido passar a su hermana-jugando juegos de caña:

 -Hermana, si eres mi hermana, - dame una jarrita de agua,

 que de pura sed que tengo, - a Dios le entrego mi alma.

 -Cállate, la Delgadina, - cállate, mi pobre hermana,

que, si el rey padre nos viera, - contigo me encerrara.

No se han passado tres días, - Delgadina en la ventana;

 vido passar a su madre, - peinando sus lindas canas:

 -Madre, si es usted mi madre, -déme una jarrita de agua,

que de pura sed que tengo, - a Dios le entrego mi alma.

 -Hija de mi coraçón, -¿cómo quieres que te dé agua,

 si hasta el agua de fregar -tiene tu padre encerrada?

 No se han passado tres días, - Delgadina en la ventana;

 vido passar a su padre, - que con caballeros anda:

 -Padre, si es usted mi padre, -déme una jarrita de agua,

 que le juro y le prometo -que he de ser su enamorada.

 -De pronto, mis caballeros, - a Delgadina den agua;

 el primero que llegare, - con Delgadina se casa.

 Unos con jarras de oro, -otros con jarras de plata,

 por más pronto que llegaron, - Delgadina en Dios estaba;

 y a su cabecera tiene -una fuente de agua clara,

 y a sus pies está la Virgen - cosiéndole la mortaja,

 y a su lado está el Señor - haziéndole la compaña.

(Romancero judeo-español de Marruecos, pp. 252-253.)


[Las partes que no eran texto en este mensaje fueron eliminadas]




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